Todo esta conectado

Todo esta conectado
Nepal
Powered By Blogger

lunes, 8 de marzo de 2010

Dejar Himalaya

Se vuelve. Se dan los reencuentros, la sucesión de besos, de abrazos. Por unos días se olvidan los lugares, los puentes tendidos, la realidad cotidiana repleta de novedades, de vida.
Lo primero que se comprende es la imposibilidad de expresar el hábito cotidiano de echar en falta. Cualquier intento nace inválido, y cada frase ahonda la distancia. Al final, uno guarda todas las emociones que deseó compartir; son patrimonio de quien se va, no de quien se queda.

Lo segundo que se comprende, o que se comprueba, pues ya se intuía, es que uno es igual y a la vez es distinto. Regresa a una vida conocida cuyos rasgos concretos renuevan su importancia, cuyas rutinas se reescriben o desaparecen. Todo lo que importa es el viento y la actitud hacia el cambio.

Tras el día a día, las montañas. Ahora ya se entiende que esconden, que enseñan, que entregan y que llevan. Se renueva cada mañana la certeza de saber, que en esencia, algo nunca volverá a ser lo mismo. Desarrollo y floración de una suerte de animismo que aun rige la vida indígena en muchos lugares. Parte tan íntima de la naturaleza del ser humano, que perderlo al civilizarnos nos mutila dramáticamente.

Llegados a un punto, cada bosque es un templo; en cualquier lugar se está solo y también en casa, aun sin entenderlo.

1 comentario:

  1. Pfff...que bonito y que ganas de volver a sentir algo parecido...a veces incluso creo que es necesario vivir este tipo de experiencias para valorar ciertas cosas de la vida que de otra forma nos pasan desapercibidas..

    Patri

    ResponderEliminar