
Mis oraciones,
Perdidas en cualquier rincón.
En páramos de montaña,
Mezcla de rocío y esperanza.
Mis amores,
Tan frágiles,
Penetrando las rocas.
Como cicatrices que no ve quien camina deprisa.
Todas las alas,
Siguen los ojos hasta perderse,
Me abrazo sin ropa,
A cualquier superficie que ceda espacio.
Si tuviera el mar nadaría,
Sin notarse no saber volar,
Dejaría de envidiar la sencillez,
Y buscar refugio en rincones y pausas.
¿Nos pueden atravesar y seguir enteros?
¿Cómo escoger entre vida y pervivencia?
Clavo las yemas de los dedos,
En cualquier corteza que me confiese.
Siento el dolor causado
De verás siento el dolor causado
Hoy no ayudo,
ni curo,
ni cuido.
Hoy mi intención no ha bastado,
Hoy mi intención no basta.
El dolor que combato,
Con igual torpeza que obstinación
Es igual al generado a quienes me quisieron o quieren.
No quiero perdurar en ningún corazón,
Mediante lágrimas y recuerdos.
No quiero medrar en los pasados,
Sin verdades presentes.
Definitivamente prefiero no ser nada,
A vivir en las heridas.
Siento el dolor causado
al pasar por el Samsara.
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